A veces, encontramos lo que estamos buscando, no buscando sino esperando a ser encontrado; nada pasa por casualidad y todo está conectado. Desgraciadamente (o no) la mayoría de veces, lo que nos encuentra no es lo que preveíamos, pero como con todas las bendiciones disfrazadas, nuestro oportuno encuentro termina mas fructífero de lo esperado.
La comprensión que Mary tiene para las características de la tierra, el corazón y el alma se remite el 2017 cuando visitó Mont-roig del Camp en Cataluña. Allí conoció a Joan Miró, el artista catalán que vivió y trabajó en Montroig entre 1911 y 1976, donde se dedicó completamente a pintar paisajes mientras desarrollaba un estilo de pintura minucioso y con mucha atención a los detalles.
En 2018, Mary conoció a Miquel tomando una copa de vino en Singapur, sitio donde compartió sus experiencias sobre la región del Priorat, dándose cuenta rápidamente que este proyecto la había encontrado a ella.
Ella cree que el arte capta la esencia del vino de la forma en que se crean y se nutren; con amor, autenticidad y disciplina. Sus impulsos innatos son similares. Ambos tratan de introducir nuevas maneras de experimentar, de deleitar los sentidos y de encender nuestras imaginaciones.